miércoles, 31 de agosto de 2016

"Un amorío con tu ausencia"

Tengo un amorío con mi almohada desde que te has marchado,
la humedad en el otro hemisferio de la cama aún se mantiene desde tu partida,
las paredes de la habitación me susurran tu nombre,
las letras de otro escrito se dedican solas,
es confuso.

Soy el mismo de siempre,
aunque un poco más feliz,
aunque sigo esperando,
esperando ese retorno,
un retorno mañanero,
de esos en los que el sol se saluda con mi ventanal
y el café junto con el cigarrillo se abrazan al despertar,
como doña Magda saludaba a mi mama,
como un golpe de ron en los quesillos de doña Marisol.

De pronto volviste a mí,
sin volver a casa,
sin traer las maletas,
estás y al mismo tiempo no,
abundas como flor en verano
y hojas caídas en otoño,
pero no estás aquí,
tu presencia prevalece
pero tu besos ya no me despiertan,
tu risa se escucha en las paredes
aunque el televisor suena.

Escotes han tocado la puerta,
aunque han terminado en el sillón,
pues aún se respeta tu esencia,
en mi habitación.



jueves, 4 de agosto de 2016

"Mi teoría"

Eres mi teoría favorita,
mi historia preferida,
eres el cielo, mi cielo,
eres mi luz en la oscuridad,
eres mi sol y mi luna,
eres mi suerte y mi karma,
eres mi olor favorito,
eres todo lo que necesito.

Eres el cielo que todos desean tocar,
pero yo si te tengo,
eres mía,
me perteneces,
yo si te puedo tocar,
yo si puedo tocar tus estrellas,
tus constelaciones,
tus auroras,
todo tu universo.

Eres una guerra que no he de perder,
pues contigo lo he ganado todo,
y en esta guerra no hay perdedores,
y si es necesario,
no me molestaría perder ante ti,
por que podría perder la batalla,
pero nunca te perdería a ti.

Entonces,
para que creer en un cielo si te tengo a ti,
para que observar en las noches la luna si puedo observarte dormir,
para que observar de día el sol si puedo observarte sonreír,
no necesito tocar las nubes por que ya toco tus labios,
no necesito el calor de un abrigo o el frío del invierno por que tú me das todo,
eres el todo más grande de mi nada,
pues en mi desastre,
sólo estás tú.